Ciudad Valles, se fundó en el año de 1533, atribuyéndose este hecho al español Nuño Beltrán de Guzmán, la evangelización de los huastecos estuvo a cargo de Fray Andrés de Olmos, quien habría sido invitado para esta tarea por Fray Juan de Zumárraga.

Antes de la conquista española, los aborígenes estaban gobernados por Huaxtecatl y su territorio se llamaba Oxitipa, que en su dialecto significaba lugar del ungüento negro, hoy conocido como chapopote, el territorio que ahora es ciudad Valles, se le nombró Tantocob, cuyo significado es lugar de nubes.

A la llegada de los españoles a esta región, nombraron a la ciudad Santiago de los Valles de Oxitipa años después sería Villa de los Valles y finalmente el ya formado Congreso del Estado, bajo Decreto número 60, del 5 de Octubre del año 1827, registraba el nombre de ciudad Valles, perteneciente al estado de San Luís Potosí.

Aunque ostentaba ya la categoría de ciudad, Valles seguía siendo un pueblo con casas hechas a base de palos enjarrados con lodo y zacate y techos de palma y sería hasta la llegada de los españoles encabezados por Don Romualdo del Campo, cuando algunos habitantes empezarían a techas sus viviendas con lámina de zinc.

Cita Don Joaquín Meade, en su libro, Historia de Valles que en el año 1878 -79, en esta ciudad y la región se registró un brote de fiebre amarilla que dejó muchos muertos, motivando la presencia de prestigiados medios de comunicación, pero algunos de ellos, como el periódico La Patria, de la ciudad de México, en su número 353 hizo más énfasis en la precaria situación en que se encontraba esta ciudad y publicaba lo siguiente:

”La ciudad de Valles, se haya reducida a unos cuantos jacales de palma colocados en forma de laberinto, una plaza o desierto semi-cuadrada donde pastan los ganados de toda especie, con algunos fragmentos de los edificios del siglo pasado, un jacalón deforme y vencido que amenaza ruina y que llaman iglesia, refiriéndose a la ahora Parroquia Santiago de los Valles.

Don Lucio Ávila Pérez, relata que el de niño vivió una etapa muy interesante de esta ciudad, que de todos los lugares de la Huasteca, llegaban comerciantes de todo tipo, traían productos cosechados en sus milpas, en sus huertas y ganado de sus ranchos o cerdos y gallinas, todos convergían en la colonia Juárez, luego, pasaban en los botes el río Valles para llegar a la calle Hidalgo, hoy Pedro Antonio Santos, para vender o comprar, había plena tranquilidad, el río era limpio, había arroyos por todos lados y aves de todo tipo, platica que cientos de zopilotes, hacían círculos en el aire y podía escucharse el grito de los loros y el ruido de las urracas.

Mi madre adoptiva, María Luisa Berman detalla Don Lucio, tenía una casa cerca del río, enfrente tenía un corral, ella, le vendía manojos de pastura a los que llegaban a caballo o traían animales, por cada porción les cobraba 20 centavos, por cuidárselos en el corral otros 20 y la cubeta de agua se las daba al mismo precio.

Recuerdo que en el río, sigue don Lucio, hubo muchos accidentes, muchas personas se ahogaron porque cuando el río crecía volteaba los botes, entre los muertos, menciona a Bartolo Paz un jugador de beisbol, a Gustavo que murió junto con su novia, que los boteros eran Emilio Paz, Pedro “cochihuila” Ávila, José Merced Luna “El bodoque” y Andrés Díaz “El rojo” entre otros.

LA PLAZA

Cuando aún Valles era solo un pueblito, los habitantes solían en las tardes salir a sus patios o sus portales de sus casas para descansar y platicar con su familia o amigos, surgiendo la necesidad de crear un espacio0 adecuado para esos menesteres, por lo que pidieron a sus autoridades, se gestionara un jardín.

Sería hasta el año 1887 cuando se publica en el Diario Oficial del Estado, que para ciudad Valles se construiría un terraplén sembrado de árboles y la colocación de algunas farolas, ya más ampliado el espacio, para 1922 se instaló un obelisco con un reloj de cuatro caras, cuya música al dar la hora, se escuchaba en todo el pueblo.

Para el año 1948, empezaron las modificaciones para el jardín, el presidente municipal en turno, Miguel Ángel Ocejo, ordenó derribar todo, para construir una nueva plaza ovalada, a la vez, erigió el malecón con vista al río Valles, esta decisión, causó cierto malestar entre la población, porque se iba el reloj que los tenía cautivados con su sonido y el pequeño y primer kiosco que identificaba a la ciudad.

Pasaron los años y se llegó el 1977 cuando el alcalde en turno Antonio Esper Bujaidar, mandaba destruir una vez más la plaza oval, para erigir una moderna, una pérgola sustituía el kiosco de Doña Cuca, como se le identificaba y se colocaba una fuente, el material de obra, fue aportado por una empresa cementera y los adoquines y azulejos comprados al arquitecto Alfonso Esper quien a la vez había hecho el diseño, se mencionaba que del aire, se podía observar en la plaza el logotipo de las empresas Esper, en este diseño arquitectónico, también fue incluido un paso a desnivel para conectar la plaza con el malecón.

Una vez más, en el año 1994, la pérgola y fuente construidas en la administración Esper, fueron derribadas por el entonces presidente municipal Eligio Quintanilla González, para construir un nuevo kiosco y la fuente de los loros, dichas obras, que costaron al erario municipal millones de pesos, ahora se anuncia, serán destruidas una vez más, para dar paso a una nueva plaza, todo esto, es parte de la vieja y nueva historia de nuestra ciudad.

Fuente: Historia de Valles Joaquín Meade.

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